Compañeras y compañeros,
Berta Cáceres se suma a la extensa lista de dirigentes asesinades en los últimos años; lista que ha ido en enorme aumento en toda la región latinoamericana.
Berta murió por luchar en contra del modelo extractivista neoliberal, el cual no sólo arrasa con ecosistemas completos, sino que significa una amenaza de vida para las comunidades lencas en Honduras y El Salvador. Desde el golpe de Estado del 2009 donde los gobiernos dictatoriales de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, apoyado por empresas transnacionales, inversionistas europeos y el Banco Mundial, han intensificado la entrega de concesiones para la generación de proyectos hidroeléctricos, significando el desplazamiento de comunidades y la privatización de tierras comunales. Al igual que en el resto de la región, el Estado y el capital han acribillado a quienes como Berta han luchado por la defensa de los pueblos y el territorio.