25.4.17

SOMOS TRABAJADORAS, NO SOMOS SUS SERVIDORAS



 Karla Lara y Rita Trautmann, publicado en la revista alemana ILA, febrero 2017,Ed.402

Karla Lara - cantautora y periodista radial
La banda „Puras Mujeres“ hace su debut en el segundo encuentro de trabajadoras domésticas, han pasado 20 años desde que la cantautora hondureña Karla Lara se presenta por primera vez públicamente. Son 20 años, en los cuales ella ha logrado  realizarse en un mundo de la música dominado por hombres artistas, tratando temas políticos y feministas en sus canciones. Y ahora ella trae con la banda “Puras Mujeres” artistas jóvenes a la tarima. „Somos trabajadoras“ es una campaña de la Red Nacional de Trabajadoras Domésticas de Honduras para llamar la atención sobre la situación precaria de las trabajadoras domésticas. La banda “Puras Mujeres” apoya a la campaña con una canción del mismo título.

SOMOS TRABAJADORAS
Letra y música: Melissa Cardoza y Karla Lara
Me miro en el espejo veo los cerros de mi pueblo en mis recuerdos
las piedras del camino que me trajo acá
vine a buscar lo que todas queremos
trabajo digno, sonrisas y respeto
No tengo espacio para tus maltratos
estoy harta de recoger hasta el último trapo
yo se lo que es bueno, yo lo que sobra
cuidarme, quererme, luchar con mis compas
tengo ganas de volar en mis propios brazos
Quiero dormir donde el aire me pegue
donde el sol sea suave
donde no hayan quehaceres
quiero sentir que trabajo y sostengo
a mis hijas creciendo
a mis propios intentos
Todo el mundo quiere comer
todo el mundo quiere beber
todo el mundo quiere placer
Nosotras también, nosotras también

Somos trabajadoras, no somos sus servidoras
ni gata, ni nacha, ni tu muchacha
somos trabajadoras, somos trabajadoras
ni gata, ni nacha, ni tu muchacha.

Desde la experiencia de su vida Karla Lara sabe muy bien qué significa oponerse al machismo y a estructuras patriarcales. Ella es defensora de derechos humanos y periodista de radio. Mediante su trabajo periodístico acompaña a trabajadoras domésticas en su lucha por condiciones laborales decentes. Karla cuenta: “Reportar sobre mujeres en sí es algo político; pero contar la historia de trabajadoras domésticas, significa mucho más.”

Trabajadoras domésticas educan niñxs, cocinan, limpian y les facilitan a mujeres y hombres de la clase media y alta, ejercer sus profesiones, desempeñarse en cargos públicos y participar en la vida social. Pero las trabajadoras domésticas mismas son invisibles en la sociedad.
Desde que las trabajadoras domésticas comenzaron a organizarse y luchar por sus derechos,han hecho pública la precaria situación laboral en la que viven.

Gabriela Pineda Bustillo, miembra de la Red Nacional de Trabajadoras Domésticas de Honduras, empezó a trabajar en este sector cuando tenía 12 años. “En mi primer empleo ganaba 40 lempiras diarios (menos de dos dólares) y me contrataron para leerle a una señora muy mayor revistas, horóscopos y la parte de sociales del periódico”, cuenta Gabriela. Un año después falleció la señora y entonces por el mismo pago le dijeron que aprovechara para “aprender a hacer cosas que deben saber las mujeres”, así que barrió grandes patios, cuidó niños, trapeó, lavó platos, todo por el mismo salario por el que antes solo se enteró de lo deleita y decorosa que era la vida pública de la alcurnia tegucigalpeña y sus alrededores.

Gabriela es una entre muchas. En Honduras se estima que aproximadamente 100.000 mujeres trabajan en este sector. En su mayoría son mujeres jóvenes, a veces menores de edad. Las jóvenes provienen de familias social- y económicamente desfavorecidas y por lo tanto tienen que empezar a buscarse la vida a muy temprana edad. La mayoría de las mujeres viene de áreas rurales a las ciudades para tener acceso a una educación superior y en búsqueda de mejores oportunidades. El empleo doméstico es para muchas de ellas el único chance. En el sector del trabajo doméstico juegan las siguientes factores un rol importante: la proveniencia social y étnica, la religión más la mezcla de patriarcado con una estructura colonial persistente, que marcan hasta hoy en día la sociedad y las relaciones de poder entre hombres y mujeres.

Para las mujeres jóvenes el trabajo doméstico es muchas veces su primera experiencia afuera de su familia de origen. Un hecho, que les desfavorece, porque desconocen sus derechos laborales y tampoco saben a quien dirigirse para descubrirlos.

Gabriela recapitula: “Antes me pasaba que estábamos como un nudo, ni para allá ni para acá, Antes yo escuchaba compañeras quejándose en los buses, por ejemplo, yo decía pero y de qué se queja si tiene trabajo?” Se ríe: “... es lo mismo que le meten a una en la cabeza y yo hasta daba consejos: si usted lo que tiene que hacer es obedecer. Porque a mi me inculcaron eso desde chiquita, la obediencia...”

El trabajo doméstico en Honduras está reglamentado en el código de trabajo en los artículos 149 hasta 165. El trabajo de los servicios domésticos abarca según el código las siguientes quehaceres: amas de llaves, nodrizas, cocineras, ayas, chóferes particulares, sirvientes, niñeras, lavanderas y los de otros oficios de esta misma índole. En pocas palabras: todo para que el hogar funcione. La definición exacta de las tareas depende de los/las empleadores/as.
Según la ley, las trabajadoras domésticas tienen vacaciones y les permite atender a escuelas nocturnas. En cuanto a feriados y tiempo libre, para las trabajadoras domésticas no se aplica las mismas reglas como para los/as demás empleados/as. Lo que les concede son 10 horas de descanso diario y un día libre por semana, eso significa 14 horas de trabajo ó por lo menos estar disponibles para las necesidades de la familia empleadora. Cuando el/la empleador/a muera, el contrato continúa con los familiares sin consultar a la trabajadora doméstica. Una razón de despedir a una trabajadora doméstica es por ejemplo el hecho de llegar a la casa con una enfermedad contagiosa.
El pago no se orienta por el salario mínimo, sino depende de la opinión del/la empleador/a. En promedio las trabajadoras domésticas reciben entre 1000 y 1600 Lempiras por mes. De éste salario normalmente se descuenta el 30 % por la alimentación. Esto no refleja condiciones laborales decentes si no condiciones de esclavitud.
En 2013 el convenio 189 sobre el trabajo decente para las trabajadoras y los trabajadores domésticos de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) entró a vigencia. Hasta el momento el convenio fue ratificado por 23 estados. Honduras no lo ha ratificado.
Para mejorar la situación de las trabajadoras domésticas, la organización Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H) empezó a apoyar a la Red de Trabajadoras Domésticas. Durante 2 años, 30 mujeres fueron capacitados en el tema de derechos laborales para el trabajo doméstico. Actualmente estas mujeres ya pueden brindar asesoría a sus compañeras.

Ahora que ya conocí este espacio cuando me hacen algo ya siento como que me puyan... Ahora reconozco cuando me están violando un derecho... y ahora les digo, miren yo estoy en una Red que apoya Cemh, Bru LePont, la invito, no nos quedemos así, porque ahora que tenemos la información ya no podemos dar ese tipo de consejos, ya no hay que decirles que siga aguantando, porque la gente no necesita solo que la escuchen sino que necesita ser asesorada, a veces hay problemas muy graves en este trabajo como el acoso sexual, han habido violaciones aunque la gente no las denuncie”, relata Gabriela. “Mi sueño ahorita es la apuesta del fortalecimiento de la Red, en eso estamos trabajando, estamos haciendo todo lo posible porque creo que con una Red bien establecida, con foros, con mucha información creo que puede cambiarnos mucho la vida. ..A mi ya me cambió la vida.... definitivamente si”.

La Red trabaja en Tegucigalpa y San Pedro Sula. Cada año organizan un encuentro. El segundo encuentro de la red se dio lugar en noviembre de 2016 en Tegucigalpa con la lema: „empleo digno, salario justo“.
La demandas principales son la ratificación del convenio 189 de la OIT y la aprobación de una ley, que garantice el pago del salario mínimo a las trabajadoras domésticas. Ambas demandas forman parte de la campaña „Somos trabajadoras“.

20.4.17

ESCÁNDALO POR UNA PARED PINTADA, INDIFERENCIA CUANDO LAS CALLES SE MANCHAN DE SANGRE



por Domingo Marín, publicado en la revista alemana ILA, febrero 2017, Ed. 402
En Honduras todo el mundo se escandaliza porque alguien pinta una pared pero nadie dice nada cuando el gobierno mancha de sangre las calles.

Con José Guadalupe Ruelas (JGR), coordinador de Casa Alianza, hablaron lxs integrantes de la HondurasDelegation (HD) sobre violencia contra la niñez, migración de menores no acompañados y militarización en diciembre 2016.

José Guadalupe Ruelas; Fuente: HondurasDelegation
HD: En Honduras, la violencia contra la niñez se presenta en múltiples manifestaciones; la violencia doméstica, las amenazas de maras y pandillas en comunidades, la violencia institucional, así como la negación de oportunidades de estudio y limitaciones de acceso a servicios de salud de calidad, están afectando en particular y  de forma creciente a los Niños, Niñas y Adolescentes (NNA). Según datos de Casa Alianza Honduras (CAH) desde 1998 se han contabilizado 11.784 casos de ejecuciones arbitrarias y/o muertes violentas de niños, niñas y jóvenes menores de 23 años, de las cuales 2.490 han tenido lugar durante el actual gobierno, con un promedio mensual de 74. El 98% de estas muertes quedan en total impunidad (1).

HD: Casa Alianza Honduras (CAH) es una organización no gubernamental que forma parte de Covenant House International. Con una trayectoria de 29 años, se dedica principalmente a brindar protección y oportunidades de desarrollo a niños y niñas en graves situaciones de riesgo y desamparo. Menores que viven en las calles, que han sido víctimas de violencia (malos tratos, abusos, explotación sexual y laboral) y  actualmente niños que han sido deportados después de migrar a EEUU. ¿Como se entiende el trabajo que esta llevando a cabo CAH?

JGR:Con los chicos hacemos una alianza, esa es la razón de nuestro nombre. Nosotros ofrecemos una serie de oportunidades y los niños se comprometen a hacer un plan de vida que tiene metas a corto, medio y largo plazo. Nuestra función es mantenerlos motivados para que sigan trabajando en su plan de vida por medio de diferentes programas dirigidos a protegerlos, capacitarlos y reorientarlos. Cada año trabajamos con un promedio de 1.000-1.500 NNA en los diferentes programas, escuchamos sus historias y vemos tendencias en lo que les está pasando. Creamos el programa Observatorio de los Derechos de los Niños, Niñas y Jóvenes en Honduras con el propósito de visibilizar la problemática de NNA en el país, promover la investigación y hacer incidencia en políticas públicas, denunciando las violaciones de Derechos Humanos que sufren los NNA y sus familias. Realizamos un informe mensual y documentaciones especiales sobre el derecho a la educación, a la salud, a la protección y la vida de NNA.

HD: Datos oficiales del gobierno estadounidense indican que fueron detenidos en la frontera sur de los Estados Unidos 10,468 hondureñas y hondureños menores de 18 años que viajaban solos, con un promedio mensual de 872 detenciones. Para el 2016, la detención de NNA migrantes no acompañados de origen hondureño se incrementó en un 93% respecto al 2015. (2) ¿Cuáles son las causas que mueven a los menores a migrar de forma tan masiva?

JGR: “Huyen en general de la pobreza porque en Honduras según el Instituto general de estadística, el 29,8% de la población no tiene posibilidades de subsistencia. Este es un indicador dramático, más de 2 millones de hondureños no pueden subsistir porque no hay medios para hacerlo. Pero también es por falta de oportunidades; no hay acceso a salud, educación,  protección y recreacción. Además, estamos frente a un esquema de violencia que nunca antes habíamos vivido. Después del 2010 los niveles de violencia se han incrementado por varios factores. Por un lado, la irrupción del crimen organizado, que ha corrompido a sectores políticos, empresariales, militares y policiales. Si el crimen organizado fuera una caricatura yo lo dibujaría como un pulpo; un tentáculo serían las maras, otro serían los policías, militares, empresarios, políticos y alcaldes. Y frente a este problema de violencia que se ha dado en Honduras, tenemos una estrategia de seguridad equivocada que privilegia la inversión militar. Nuestro gobierno piensa que en el país hay una serie de criminales, a los que hay que capturar y meterlos en la cárcel para que todos vivamos en paz. Prevención es mandar militares y policías a patrullar y hacer controles indiscriminados en los barrios empobrecidos para vigilar a la gente, con la lógica de -si vigilamos a la gente entonces se van a portar bien-, pero en la práctica atemorizan a la población sin resolver el problema. Un ejemplo; nosotros vamos a los barrios y colonias utilizando el arte para prevenir la violencia, repartimos pinceles y aerosoles para pintar en los muros. Mientras en el batallón, están formando a los militares diciendo- a las personas que están metidas en maras y pandillas, les gusta  dibujar en las paredes. Nosotros les enseñamos a pintar y el Estado enseña a los soldados a capturarlos porque pintan.”

HD: Desde 2014 el gobierno ha impulsado el programa “Guardianes de la Patria” dirigida a la infancia para la prevención de la violencia generada por maras y pandillas. ¿Cómo ve usted esta iniciativa?

JGR: “Las maras están reclutando a NNA para convertirlos en criminales. En respuesta a esto el gobierno cree que es mejor que los reclute el Ejército para hacerlos ciudadanos disciplinados y buenos. El programa gubernamental Guardianes de la Patria tiene como meta instruir 25.000 NNA cada año, y en mi opinión es una mala estrategia de prevención. El Ejército lleva a los niños de barrios pobres a los batallones, los alecciona, les pone incluso armas en sus manos, hacen ejercicios meramente castrenses y trabajan con un manual “pedagógico” que no tiene nada de pedagógico. Es un programa que militariza la educación, el sentido del diálogo y del orden, además atenta contra el protocolo de la Convención de los Derechos del Niño que Honduras ha firmado y genera miedo en las comunidades; porque cuando regresan a sus barrios, los menores son interrogados por miembros de maras preguntando; ¿Qué dijeron? ¿Qué hablaron? No cabe duda que las maras y pandillas son un detonante altamente explosivo en los barrios, siguen teniendo sus estructuras de afiliación, rencillas y tensiones pero hoy por hoy han mutado a ser parte del crimen organizado trasnacional más que ser las protectoras de un territorio llamado barrio.”

HD: ¿Cómo valora la creciente estrategía de militarización que aplica el Estado y qué alternativas plantea Casa Alianza?

JGR: “Frente al número de pandilleros estimado entre 5.000 y 30.000, sin saber cuantos son exactamente. La verdad es que hay 12.800 policías y 15.500 militares, 9.000 de ellos ocupados o empleados en la policía-militar de orden público. Además de 120.000 miembros de seguridad privada. Una cantidad sumamente desproporcionada frente a miembros de seguridad pública. También está el tema de la tecnología; se vende un gran número de patrullas, cámaras de seguridad y armas. Es un gran negocio, según Insigh Crime (periódico digital estadounidense) durante el 2014 el Estado gastó unos 200 millones de dólares en extorsiones, además la población pagó 350 millones  en materia de Tasa de Seguridad, más 650 millones de dólares en salarios de guardias de seguridad privada. En total suman más de 1.000 millones, con esa cifra podríamos darle educación secundaria a todos los NNA de Honduras. Por tanto, estamos invirtiendo mal, tenemos una fuerte contraposición entre políticas y programas. Por ejemplo, con fondos de la cooperación los campesinos se organizan y defienden sus territorios, los estudiantes salen a la calle a defender sus derechos, y con el mismo dinero de la cooperación entrenamos a la policía para reprimir a la gente en las calles. Fruto de esta situación tenemos una ciudadanía amedrentada y hostigada pero hay que recalcar que a pesar de todo no está débil, según el Sistema Estadístico Policial en Línea (SEPOL); solo en Tegucigalpa durante el año 2015 hubo más de 260 manifestaciones, eso demuestra que la población está reivindicando pero no es escuchada. Tenemos un gobierno que no ve a los ciudadanos como actores con quien hablar o con quien trabajar, sin embargo se defiende reprimiendo, amenazando y estigmatizando. Desde CAH pensamos que en Honduras tenemos que invertir más en prevención, pero una prevención entendida desde la recuperación del espacio público y el tejido social. El mensaje actual en la sociedad es; -si a usted le asaltan no haga nada-, lo cual tiene lógica. Pero el mensaje que proponemos es; - antes de que lo asalten, hable con su vecino, póngase de acuerdo con la gente para hacer un mapa de su barrio, establezcan mecanismos de comunicación, de recuperación del espacio público, de los parques, de las calles, etc. No basta solo con la prevención, es necesaria la rehabilitación de esos procesos de violencia y la creación de mecanismos de protección de las víctimas. Buscando soluciones a este conflicto nos damos cuenta que una estrategia profunda de seguridad no puede ser responsabilidad exclusiva de la secretaría de seguridad o de defensa. Tenemos que pensar en procesos pedagógicos, terapéuticos, de  regeneración de la persona y para esa estrategia seria esencial involucrar secretarías gubernamentales como educación, salud, arte y deporte.”

HD: ¿Qué papel juegan los organismos internacionales ante la grave situación de derechos humanos?

JGR: “Vivimos en un Estado que hace una promesa y se ríe de ella, pero al mismo tiempo hay una cooperación y organismos internacionales que no parece importarles. En el exterior se propicia la promesa de que el Estado de Honduras va a retirar los militares de las calles (como se dijo en la ONU en 2015) pero dentro, se está reforzando la presencia militar y se está consolidando un esquema de criminalización de defensores y defensoras de DDHH. Tenemos una ciudadanía atemorizada, unas instituciones débiles, y unos organismos  internacionales que simplemente están cómodos, tomando café con la burocracia estatal. Los organismos de cooperación internacional dicen; -queremos una ciudadanía que hable claro,  que se organice y reclame sus derechos-, pero cuando esta ciudadanía habla claro y reivindica sus derechos, es reprimida y golpeada. Estos mismos organismos guardan silencio como cómplices cobardes  ante el asesinato de defensores de DDHH, de niños o frente a la alarmante emigración de personas a causa de la violencia en el país. Se hace crítica a la gente por dar limosna porque así solo lava su conciencia, y a veces uno piensa que desde la cooperación ocurre lo mismo, cooperación para lavar conciencias mientras aquí hay un baño de sangre.”

HD: ¿Han sufrido hostigamiento debido a la incidencia que CAH produce?

JGR: "Casa Alianza ha tenido desde hace muchos años las mismas posiciones,; que hay escuadrones de exterminio, que se necesita invertir en educación, que hay explotación sexual de niños y violencia contra la niñez. Lo que ha incrementado es la hostilidad por parte del gobierno; en 2014 recibí una golpiza por varios policías, seguido de una campaña de desprestigio en medios de comunicación que me dolió más que los golpes, y eso quedó en total impunidad. En San Pedro Sula empleados estatales llegaron al punto de decomisar una impresora, alegando que la usábamos para imprimir denuncias. Seguimos recibiendo fuertes críticas, intimidaciones y amenazadas veladas, pero observando a los niños con los que trabajamos, uno se inspira y se da cuenta que este trabajo vale la pena. En un solo día un niño puede ser golpeado, asaltado, asesinado por el Estado o por otras personas quedando impunes. Y sin embargo, los niños en estas condiciones son capaces de luchar y salir adelante con esperanza.”


(1) Informe Mensual Octubre de 2016.Observatorio de Derechos de los Niños, Niñas y Jóvenes en
(2) Niñez y migración en Centro y Norte América: causas, políticas, prácticas y desafíos: http://www.acnur.org/t3/fileadmin/Documentos/Publicaciones/2015/9927.pdf?view=1