6.8.22

San Juan Tela und Triunfo de la Cruz, 5. und 6. agosto

Informe de la delegación 1

Tras un viaje de unas 24 horas, aterrizamos en el aeropuerto de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, y fuimos recibidos por un delegado de OFRANEH que nos llevó a la primera parada de nuestro viaje, la Bahía de Tela. Allí, al oeste y al este de la ciudad de Tela, se encuentran varias comunidades garífunas, Triunfo de la Cruz, San Juan, Tornabé y Barra Vieja.

En San Juan ya se nos espera y se nos invita directamente a acompañar una pequeña acción de protesta antes incluso de que podamos descargar nuestras mochilas. Un poco cansados pero emocionados, nos dirigimos al lugar de la protesta. Aquí nos esperan algunos miembros de la comunidad, el más joven de ellos tiene siete años, el mayor 72. Se trata de una nueva construcción en la tierra ancestral de la comunidad garífuna. Para llamar la atención, se prendió fuego a un neumático de coche delante de la casa. Rápidamente preparamos nuestro equipo de grabación y nuestras cámaras y nos vamos a dar una vuelta con el grupo de manifestantes. Pues el lugar de la protesta está lejos de ser el único proyecto de nueva construcción en los territorios de la comunidad garífuna.


© HondurasDelegation


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En un brazo de la laguna de Los Micos hay todo un asentamiento de lujosas casas de vacaciones, y aquí también se sigue construyendo, obviamente. Justo detrás de la entrada, vemos una zona de arena fresca donde se ha rellenado parte de la laguna, y detrás, manglares destruidos. Actividades evidentemente ilegales, ya que la laguna forma parte de un humedal protegido por el Convenio RAMSAR. Un poco más adelante, pasamos por un terreno en venta que también ha sido arrancado de la laguna.

El conflicto por el territorio de la comunidad garífuna de San Juan viene de lejos; los garífunas, asentados aquí desde 1901, sólo recibieron del gobierno hondureño títulos de propiedad de una pequeña parte de los territorios ancestrales. El caso de la comunidad de San Juan ha sido aceptado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero el veredicto aún está pendiente. Uno de los que lleva mucho tiempo luchando por los territorios de las comunidades es Wilfredo Guerrerro, un señor de 72 años que ha tenido que lidiar con numerosos ataques, incluyendo el incendio de su casa. Hoy sigue llamando al grupo: "¿Estáis cansados?", a lo que responde un "No" colectivo. Respondemos tímidamente: "Un poco, tal vez". Acordamos que mañana será otro día y dejamos que el día termine bajo los cocoteros junto al mar.
Para la mañana siguiente, se acordó que nos recogerían en nuestro alojamiento a las ocho de la mañana, pero ya al salir de nuestro lugar de desayuno, nos están buscando. Allí, donde ayer hubo una protesta, las obras continuarían hoy y deberíamos llegar rápidamente. De nuevo, metemos frenéticamente nuestras necesidades en las mochilas y nos dirigimos a la obra, donde ya están reunidos los luchadores por los derechos territoriales de los garífunas. Pero, para nuestro asombro, ya han convencido a los obreros de la construcción para que dejen de trabajar por hoy.

Continuamos hasta nuestro destino real del día, la comunidad de Triunfo de la Cruz, al este de la ciudad de Tela. Nos detenemos en el recién construido centro de salud tradicional, la "Casa de Salud Ancestral". Una infusión de hierbas se cuece al vapor en dos grandes ollas. Se supone que un té hecho con hierbas medicinales tradicionales refuerza el sistema inmunitario. Durante la pandemia de Covid19, los centros de salud de diferentes comunidades comenzaron a distribuir este té. Esto se debe a que prácticamente no había ni hay acceso a la atención médica, y las comunidades tenían que protegerse de las enfermedades graves. En general, los centros de salud tradicionales pretenden transmitir a las nuevas generaciones los conocimientos sobre hierbas medicinales y métodos curativos tradicionales. Tenemos la oportunidad de hablar tanto con curanderas mayores como con sus todavía jóvenes alumnas.

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Tras la visita al centro de salud, hacemos un recorrido por la comunidad. Al igual que San Juan Tela, Triunfo tiene que lidiar con personas no municipales que se han apropiado de tierras dentro de su título de propiedad colectiva. En un lado del municipio pasamos por villas lujosas y nos dicen que muchas de ellas pertenecen a políticos poderosos.

En el otro extremo de la comunidad, las propiedades están en manos de los cárteles de la droga, como los "cachiros". Su presencia ha hecho que los miembros de la comunidad teman cultivar sus campos en esta zona por miedo a ser atacados.

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Hablamos también de la desaparición forzada de cuatro jóvenes hace dos años, que aún no se ha esclarecido, no se ha encontrado ni a los desaparecidos ni a los autores, OFRANEH sigue exigiendo el esclarecimiento del estado hondureño. Nuestros interlocutores nos cuentan cómo esa mañana intentaron detener los coches de los secuestradores, fuertemente armados, bloqueando la carretera con piedras, pero al final no pudieron hacer nada contra la fuerza superior de los hombres armados. Nos hablan de las consecuencias psicológicas para las familias de los desaparecidos, así como de su convicción de seguir luchando por los derechos territoriales de la comunidad a pesar del peligro que sigue existiendo.