Querida Berta:
Este no es un poema
porque un poema no te puede devolver a nosotros.
Este es un llamado
para que tus ojos apagados se enciendan con fuego,
para que tus manos quietas se transformen en piedra,
para que tu sangre detenida se convierta en agua,
para que tu cuerpo inerte se vuelva tierra.
Este es un llamado a tus compas, a tu pueblo
y a todos los pueblos indígenas y no indígenas del mundo,
a los hondureños, los centroamericanos y latinoamericanos,
a todos los pueblos oprimidos y no oprimidos del mundo
para que con tus ojos hagan arder la impunidad,
para que con tus manos aplasten la corrupción,
para que con tu sangre ahoguen la desigualdad,
y para que amorosamente labren tu cuerpo
y que así de él brote un futuro justo para todos.
Alexis Aguilar